No había podido escribir acerca de una de las muertes, ya esperadas -aunque suene frívolo y cruel decirlo- pero que cuando ocurrieran iban a generar impacto mundial.
Sí, Steve Jobs, el fundador y padre de una empresa de clase mundial como es Apple, falleció el 5 de octubre, después del cáncer de páncreas que no los robó.
Y ¿qué nos dejó? iPod, iPad, MacBook, iTunes, iPhone... i, i, i; todo un sello distintivo que ha marcado y marcará para siempre a este mundo. Jobs hizo una revolución informática, fue pionero y un genio.
Muchos dicen que es el Alba Edison del S. XXI, cosa que comparto, pero la historia lo pondrá en su justo lugar. Sin embargo, su manera de innovar es lo que creo se debe rescatar; el mundo informático y cibernético tal y como lo vemos ahora es en gran parte a esa visión de Jobs; el de querer hacer llegar la tecnología a cada uno de nosotros. Basta tener algunos de esos gadgets, para darse cuenta la simplicidad con la que se manejan y quedar para siempre enganchado a ellos.
La estética y lo simple de usar esos aparatos son los que han marcado la pauta para que el mundo se rinda a sus pies y los demás emulen lo que Apple ha hecho.
El chiste de Jobs fue revolucionar al mundo a través de llevar a cada uno de nosotros una computadora.
Una Mac es mi próxima compra...
"The cure for Apple is not cost-cutting. The cure for Apple is to innovate its way out of its current predicament.”
