Llegó hasta mis manos una obra, de un escritor desconocido para muchos... conocido para muy pocos. Su nombre: Antonio Ortíz López, su obra: Café de Chinos.
La historia nos narra la vida de Hong, personaje oriental que por circunstancias de la vida viene a caer a este país (México). A través de su negocio (un café en el monstruo urbano... mejor conocido como D.F.), Hong conoce muchas historias y a su vez a través de éstas, su vida nos es relatada.
¿Qué nos relata? Es lo mismo que me pregunté cuando leí este libro, si es que libro se puede llamar. No es más que una de las muchas obras, de lo que muchos tratan de hacer con ese toque de intelectualidad y el escritor que todos tenemos dentro.
Con un toque de crítica social, que es de la típica cantaleta de izquierda-progre-anacrónica de este país; no pasa más que a ser, el típico llanto de que la culpa fue de los españoles, que nos robaron nuestra hermosura y costúmbres, del paraíso que alguna vez fuimos (sí, fuimos salvajes, claro con un toque inteligente), un llanto de los males existenciales que aún nos aquejan, que el neo-liberalismo es algo muy malo, muy malo y que por ello estamos jodidos. El típico 2 de octubre no se olvida... y que Ni Un Paso Atrás, además de que la religión también tiene mucho que ver, sin ver que lo suyo es en sí una religión más. En algo sí coincido, La Lupe vaya que mueve masas y manipula a mucha mentes.
Con un adentramiento en un alucine barato, Hong crea una guerra junto con los aztecas para salvarnos de este mundo cruel y sucio, entre dragones y hombres jaguar, penachos y hombres estereotipizados de que fuimos de bronce. Con un final, más que predecible... y sin duda alguna la locura de esta obra es mucha.
A mí me parece, que el libro va bien en las 3 primeras páginas, de ahí se vuelve, común, sin contenido y la historia se vulve sosa, burda, aburrida; yo a la página 30, quería que el libro terminará.
Calificación, en una escala 1-10: 2.
Este libro, es por si usted no encuentra otra mejor cosa que hacer.
La historia nos narra la vida de Hong, personaje oriental que por circunstancias de la vida viene a caer a este país (México). A través de su negocio (un café en el monstruo urbano... mejor conocido como D.F.), Hong conoce muchas historias y a su vez a través de éstas, su vida nos es relatada.
¿Qué nos relata? Es lo mismo que me pregunté cuando leí este libro, si es que libro se puede llamar. No es más que una de las muchas obras, de lo que muchos tratan de hacer con ese toque de intelectualidad y el escritor que todos tenemos dentro.
Con un toque de crítica social, que es de la típica cantaleta de izquierda-progre-anacrónica de este país; no pasa más que a ser, el típico llanto de que la culpa fue de los españoles, que nos robaron nuestra hermosura y costúmbres, del paraíso que alguna vez fuimos (sí, fuimos salvajes, claro con un toque inteligente), un llanto de los males existenciales que aún nos aquejan, que el neo-liberalismo es algo muy malo, muy malo y que por ello estamos jodidos. El típico 2 de octubre no se olvida... y que Ni Un Paso Atrás, además de que la religión también tiene mucho que ver, sin ver que lo suyo es en sí una religión más. En algo sí coincido, La Lupe vaya que mueve masas y manipula a mucha mentes.
Con un adentramiento en un alucine barato, Hong crea una guerra junto con los aztecas para salvarnos de este mundo cruel y sucio, entre dragones y hombres jaguar, penachos y hombres estereotipizados de que fuimos de bronce. Con un final, más que predecible... y sin duda alguna la locura de esta obra es mucha.
A mí me parece, que el libro va bien en las 3 primeras páginas, de ahí se vuelve, común, sin contenido y la historia se vulve sosa, burda, aburrida; yo a la página 30, quería que el libro terminará.
Calificación, en una escala 1-10: 2.
Este libro, es por si usted no encuentra otra mejor cosa que hacer.
